“El valor de una educación no es el aprendizaje de muchos hechos, sino la formación de la mente para pensar”. (Albert Einstein)
En una sociedad tal y como en la que vivimos, donde los cambios se suceden tan rápidamente y se necesitan soluciones para las distintas problemáticas existentes, donde en ocasiones la información es desbordante y vivimos rodeados de noticias y titulares, y en muchas situaciones se requiere romper con lo establecido, es primordial proporcionar a los alumnos la capacidad de pensamiento crítico. Pero, ¿Qué es esto del pensamiento crítico? Autores como Watson y Glaser (2002) o Epstein (2006), entre otros, han estudiado este concepto y han dado una serie de definiciones. Según estos autores, tener pensamiento crítico supone:
Extraer conclusiones a partir de afirmaciones objetivas
Reconocer hipótesis en una serie de afirmaciones
Identificar si las conclusiones están justificadas
Evaluar los argumentos como sólidos y relevantes o como débiles e irrelevantes
Evaluar la calidad de los argumentos
Desarrollar esta capacidad les va a proporcionar una serie de herramientas a los alumnos que les van a permitir ser agentes activos del proceso de aprendizaje y conocimiento. Alguien con esta capacidad va a ser capaz de discernir aquella información veraz de la que no lo es, algo tan importante en los tiempos que corren dado la cantidad de información de la que se dispone (infoxicación) o aquella que nos aporta algún tipo de conocimiento de la que no. Como decía, va a hacer que los alumnos no sean sujetos pasivos o meros espectadores, si no que se pregunten el porqué de las cosas, que sean curiosos, rechacen la conformidad de lo supuestamente establecido, adquieran conciencia de que los problemas a los que se enfrenten pueden tener diferentes enfoques y soluciones, así como que hay cantidad de preguntas que admiten más de una respuesta diferente. En definitiva, se trata de hacer qué los alumnos piensen de verdad. Para ello, es fundamental que el profesor establezca los métodos y técnicas que permitan un desarrollo efectivo de esta cualidad, y por tanto sea uno de los ejes principales en torno a los que diseñar la programación de una asignatura.
Hasta este punto, la mayoría de docentes están de acuerdo que uno de los objetivos a conseguir en el proceso de aprendizaje es el desarrollo del pensamiento crítico. Sin embargo, en muchas ocasiones no se llega a desarrollar de verdad y acaba confundiéndose con el hecho de dar los contenidos curriculares de la asignatura debido al desconocimiento del cómo hacerlo y porque solemos tener una cultura centrada en el resultado. Para evitar esta situación, y asegurarnos que se ponen los medios para desarrollarlo, nos podemos ayudar de una herramienta conocida como Taxonomía de Bloom. Esta herramienta, desde el punto de vista cognitivo, divide en niveles los desempeños intelectuales que se requieren para desarrollar el pensamiento crítico. Por un lado, tenemos los de orden inferior: conocimiento, comprensión y aplicación. Por otro, están los de orden superior: análisis, síntesis y evaluación. Posteriormente, unos discípulos suyos (Anderson y Krathwohl, 2001), la redefinieron como: recordar, comprender, aplicar; analizar, evaluar y crear. Ambas coinciden que para tener pensamiento crítico es necesario que trabajemos los aspectos del nivel inferior, donde se debe conocer la información correspondiente y comprenderla, y así poder acceder al nivel superior, donde se crea el conocimiento gracias a que se sabe utilizar la información. Para comprobar si realmente se trabajan todos los niveles necesarios y se llega a obtener un pensamiento crítico, existen guías con una serie de palabras clave que deberían aparecer en los objetivos de aprendizaje que busquen desarrollar el pensamiento crítico. Basándonos en esta guía, se va a analizar si los objetivos de una unidad didáctica perteneciente a una programación didáctica de la asignatura Tecnología 3º ESO sirven para desarrollar o no el pensamiento crítico. En concreto nos basaremos en la taxonomía de Anderson y Krathwohl. Los objetivos de la unidad son los siguientes:
Obj UD 10.1 Reconocer y entender las principales magnitudes eléctricas.
Obj UD 10.2 Identificar y aplicar la ley de Ohm.
Obj UD 10.3 Diferenciar los tipos de corriente eléctrica.
Obj UD 10.4 Calcular circuitos serie y paralelo.
Obj UD 10.5 Asociar los circuitos teóricos a circuitos prácticos.
Obj UD 10.6 Diseñar circuitos eléctricos básicos con software específico.
Obj UD 10.7 Realizar el montaje de un circuito eléctrico básico.
Obj UD 10.8 Manipular los instrumentos de medida.
Niveles cognitivos de orden inferior:
Recordar: Obj 10.1 y 10.2. Se muestra lo aprendido anteriormente mediante el recuerdo de términos y conceptos
Comprender: Obj 10.1 y 10.3. Se demuestra la comprensión básica de conceptos como las principales magnitudes y se diferencia entre los tipos de corriente eléctrica
Aplicar: Obj 10.4, 10.7 y 10.8. En este caso, se aplica el conocimiento y técnicas adquiridas anteriormente. Se adquieren las ideas de cómo se conecta un circuito o como se manejan los instrumentos, y se pasa a trabajar con ellos de manera física.
Niveles cognitivos de orden superior:
Analizar: Obj 10.5. Se busca la comparación, además de que encuentren la similitud y relación entre los circuitos desarrollados en la teoría a los utilizados en la práctica.
Crear: Obj 10.6. En base a lo conocido, y reorganizando la información, diseñar un circuito que cumpla una determinada función.
Como se puede observar, se trabajan los niveles de orden inferior, ya que sin ellos no se podrían obtener los de orden superior. Sin embargo, en este último no se trabajan por completo todos los niveles. No hay objetivos que desarrollen el nivel de evaluar, por tanto, incluiría un objetivo por ejemplo que persiguiera la argumentación y justificación de las decisiones adoptadas para el diseño de los circuitos eléctricos, haciendo referencia al Obj 10.6. También se podría buscar que los alumnos fueran capaces de dar ideas de mejora acerca de los circuitos trabajados, como la reducción del número de componentes necesarios. Teniendo en cuenta estos aspectos, no se puede decir que esta unidad desarrolle de manera completa el pensamiento crítico.
Como se ha comentado anteriormente y se ha visto en este caso en concreto, normalmente no se acaba de desarrollar el pensamiento crítico, a pesar de que en un principio todos estamos de acuerdo en que es uno de los principales objetivos de la enseñanza. Como docentes, nuestro trabajo debe ser el de asegurar a nuestros alumnos los medios para que lo consigan, no podemos mirar hacia otro lado y caer en la comodidad, debemos buscar lo necesario, aprender, arriesgarnos a probar. Es normal que al principio no sepamos muy bien cómo hacerlo, pero no nos podemos permitir no hacer nada para cambiarlo.
BIBLIOGRAFÍA
Análisis de objetivos. El pensamiento crítico. Chema Falcó
La Taxonomía de Bloom y el pensamiento crítico. Bárbara Fowler
Habilidades del pensamiento crítico. P. Facione
¿Qué es el pensamiento crítico?. Iberdrola.com
El párrafo introductorio enlaza muchas subordinadas, lo que hace difícil su lectura.
Además, echo en falta unas líneas que expongan el análisis que vas a desarrollar en el ensayo
En tu reflexión echo en falta que propongas unos nuevos objetivos o modifiques los existentes según el resultado de tu análisis.
Deberías utilizar alguno de los códigos internacionales para las referencias bibliográficas.
Muy buena crítica/reflexión inicial. Estoy totalmente de acuerdo que estamos saturados de noticias, en las cuales se busca que el titular sea lo más atractivo posible llegando incluso a proporcionar información confusa. Desde mi punto de vista, aquí la educación juega un papel muy importante y debemos apostar por ello en nuestro futuro como docentes.
También estoy de acuerdo contigo respecto a que todos pensamos que desarrollar el pensamiento critico es lo primordial pero la realidad en los objetivos no lo refleja.
En general, me ha parecido un ensayo completo con un buen enfoque.