Tengo muchas dudas, y espero haberlas resuelto cuando escriba el punto y final de este ensayo. ¿Que por qué? Porque en menos de un mes pisaremos las aulas, y, por primera vez, estaremos en el otro lado. Personalmente, estoy demasiado acostumbrado a estar en el lado mayoritario, y, ahora que se acerca el momento de dar el giro de 180º, empiezo a tener dudas. ¿Cómo debemos ser cuando entremos a las aulas? ¿Tiene sentido nuestra labor o la de cualquier docente en el año 2022?
Todos hemos tenido muchísimos profesores y profesoras a lo largo de nuestra vida, y con cada uno/a hemos experimentado diferentes sensaciones. Ha habido algunas que nos han hecho amar/odiar una asignatura, otros que nunca se aprendieron nuestro nombre, otros que han sido muy cercanos y nos han motivado en todo momento… En fin, que hemos tenido profesores/as de lo más variopintos/as, precisamente porque las personas somos así, diferentes.
Pero tenemos que tratar de sacar factor común de las metodologías y maneras de ser de aquellos y aquellas que más nos han gustado. Probablemente, éstos/as eran comprensivos/as, nos trataban como adultos, se hacían respetar (pero no imponían el respeto), nos motivaban, se preocupaban por nuestro estado físico y anímico, siempre entraban a clase con una energía contagiosa, relacionaban los contenidos con la aplicación práctica real, entendían las clases como una oportunidad de llevar a cabo un diálogo y no como una excusa para recitar su repetitivo monólogo… En efecto, eran profesores todoterreno.
Así que eso debemos ser desde el primer momento en el que pisemos el instituto: todoterrenos. Debemos ser su guía, su mapa, su brújula, los entrenadores que les preparen para que el ánimo no decaiga a lo largo de la maratón que son los cursos académicos… Además, debemos ser como linternas que sean capaces de iluminar sus cabecitas cuando vengan apagadas de casa. Debemos ser incluso la paciencia que puede brillar por su ausencia en una inquieta mente adolescente. Creo que con esto respondo parcialmente a la primera pregunta.
¿Y qué ocurre con la segunda pregunta? ¿De verdad voy a tener el valor de escribir que los docentes son necesarios incluso siendo evidente la cantidad de información y conocimiento que hay en Internet a día de hoy? Pues sí, lo tengo, pues lo pienso firmemente. Esos servidores web alojan ese conocimiento 24 horas al día, 365 días al año (366 si es año bisiesto). Pero, contéstame, ¿te van a escuchar? ¿Van a ser capaces de motivarte en función de tu estado anímico? ¿Saben si tienes necesidades específicas? ¿Puedes dialogar con ellos? ¿Y debatir? Por no mencionar a los hackers o personas malintencionadas que pueden tumbar el servicio o modificar la información de esas páginas ejecutando un par de scripts.
¿Tiene sentido nuestra labor o la de cualquier docente en el año 2022? Sí. Hasta que la inteligencia artificial sea lo suficientemente inteligente como para asumir el papel o el rol de un profesor o profesora todoterreno, nuestra labor tiene sentido. Otra cosa muy diferente es que haya profesores/as que aporten lo mismo que una búsqueda en Google, pues, en ese caso, sí que podrían ser reemplazados por un disco duro, una CPU y una RAM (o por un par de enciclopedias).
Recomiendo ver el siguiente vídeo, que es el que da comienzo a la serie de RTVE, "HIT":
Para concluir, me alegro de haber escrito y reflexionado sobre esto. Debemos ser los profesores que nos hubiera gustado tener. Estoy convencido que de esta manera, nosotros también aprenderemos de nuestras alumnas y alumnos. No somos prescindibles, de hecho, en mi opinión, la docencia está muy infravalorada, pues somos los responsables de motivar a las futuras Ada Byron o Linus Torvalds para que sean capaces de cambiar la historia. Y tú, ¿también tienes dudas?
BIBLIOGRAFÍA
Falcó C. (2021). Rol docente en el siglo XXI
Falcó C. (2021). Rol del profesor. https://www.livebinders.com/b/1176927
Echo en falta una mínima mención de las características que destacas de esos roles que incluyes bajo el epígrafe "todoterreno".
La pregunta no supone un reto docente.
Aunque parece que no lo lees, una vez te insisto en que debes aprender qué y cómo se debe poner en la bibliografía.
Buen ensayo Raúl, enhorabuena.
Me ha gustado mucho el rol docente que has propuesto, creo que es importante lo que dices de que debemos motivarles a seguir con los estudios, y que nos tenemos que preocupar por nuestro alumnado.
Por otro lado, me ha gustado también que digas que debemos ser los profesores que nos hubiera gustado tener, me parece una buena reflexión.
Un ensayo muy bien escrito. Me ha gustado que la conclusión enlace, usando, además, una frase con la que estoy totalmente de acuerdo, "debemos ser los profesores que nos hubiera gustado tener".
Además el rol que propones como principal medio motivacional del alumnado y como una mezcla de muchos roles me parece muy acertado, al fin y al cabo es mucho más difícil aprender sin una motivación suficiente.
Por ponerte una pega, los GIFs, aunque dinamizantes, pueden ser una distracción al leer el ensayo.
¡Enhorabuena por el ensayo!
Coincido con tu visión sobre el rol docente, es importante motivar al alumnado y así fomentar su interés por aprender. Mostrar empatía y no olvidarnos de que también hemos sido alumnos/as.
Por último, estoy completamente de acuerdo en que debemos ser los profesores que nos hubiera gustado tener. Sin lugar a dudas, todos/as tenemos ejemplos que seguir.
Muy buen ensayo, Raúl. Estoy de acuerdo con lo tu reflexión acerca del docente todoterreno y creo que cada vez se hace más importante que existan este tipo de profesores dado el continuo cambio en el que está envuelta nuestra sociedad.
Por supuesto que el docente es imprescindible y lo seguirá siendo al menos durante muchos años (por suerte para nosotros).
Enhorabuena!