¿Desde cuándo nos referimos a generaciones para identificar grupos poblacionales? ¿Existen los *imprenters salidos del siglo XV tras la aparición de la imprenta de Gutenberg? La respuesta es no. El concepto de generaciones es relativamente nuevo. A principios del siglo XX, el filósofo español José Ortega y Gasset formuló una teoría según la cual los individuos actúan en sociedad en forma de olas generacionales, es por aquellos años que se empieza a hablar de generaciones. En el siguiente video además de la cuestión planteada anteriormente se hablan de otras como que los sucesos que dan paso a una nueva generación pueden variar según las circunstancias de cada país y cómo estas diferencias se han ido minimizando con el fenómeno de la globalización.
Este ensayo se centra sobre la generación Z que es la que sigue a los ya más conocidos como Millennials (generación de 1981 a 1995). La generación Z es la de las personas que han nacido a partir de 1995 y algunas de sus características según un estudio publicado por la revista Forbes (2015) son:
La generación Z está muy relacionada con el término multipantalla controlando cinco pantallas a la vez y se comunican mejor con imágenes que con texto. Pero esto no quiere decir que puedan atender a cinco dispositivos a la vez, está relacionado con el promedio de tiempo de uso de una aplicación o un “landing page” que es menor de ocho segundos. Si les interesas, pueden quedarse más tiempo, pero no tendrás toda su atención porque tienen cuatro pantallas más que atender.
Crean contenidos y los Millennials lo comparten. El 33 % aprende vía tutoriales en internet. Más del 20 % lee en tablets y dispositivos. El 32% hace todas sus tareas y labores online.
Esta generación creció en un contexto incierto, la manera de ver el mundo cambió, aumentó la diversidad social, los roles sociales y, sobre todo, aprendieron a salir adelante en un mundo difícil. Son jóvenes muy maduros, autosuficientes y creativos. El 60% quiere un empleo que impacte al mundo, el 26% hace algún tipo de voluntariado y el 76% se preocupa por el impacto que tiene el ser humano en el planeta.
El acceso a la nube les ha dado las herramientas necesarias para encontrar la manera de construir su propio mundo. Son un poco soberbios; el 80% piensa que es una generación mejor adaptada a cualquier situación. Les gusta compartir pero ojo: el 72% no piensa recibir órdenes de un jefe, nunca. Están dispuestos a emprender y ser sus propios jefes.
Manejan internet como robots, pasan más de tres horas al día frente al ordenador en actividades no relacionadas con sus labores escolares o trabajos. Han aprendido la importancia de la privacidad. Aplicaciones como Snapchat, Secret y Whisper son el perfecto ejemplo de esto. Conocen los riesgos que implica compartir toda su información en internet.
Teniendo en cuenta estas pinceladas de rasgos de la generación Z, plantearemos cómo se puede adaptar la educación para conseguir mejores resultados.
En primer lugar, es de vital importancia la contextualización. En el aula hay que crear espacios para la búsqueda de información, incluso combinando la participación presencial y online. Pero sin comprender el conjunto, el trabajo podría ser superficial y sin coherencia. Hay que evitar la acción sin visión global y sin criterios. De ahí la importancia de un aula en la orientación del aprendizaje autodidacta a su alcance.
La sobreinformación y la difusión de noticias falsas o verdades deformadas es otro aspecto relevante al que desde hace unos años la sociedad está expuesta. Se les debe formar en estar alerta de ese algoritmo amañado, la disposición que ofrece la red social, el reclamo del titular, la seducción de la imagen, o los enlaces encubiertos. Si los alumnos van a usar redes sociales, mejor enseñarles sus ventajas y desventajas en el aula que aislados en su habitación.
Las tecnologías son una parte de la metodología, no una finalidad por sí misma, aunque en determinadas situaciones de aprendizaje el concepto tecnológico en sí puede ser también una finalidad que ayude a realizar otros objetivos, por ejemplo, realizar un tutorial explicando el funcionamiento de un circuito eléctrico y subirlo al canal de la escuela. Con la facilidad de acceso a la tecnología, también hay que aprender a convivir entre la concentración y la dispersión. Por ejemplo, diseñar las unidades didácticas con metodología variada incluso en la misma sesión para mantener el interés, o tener en cuenta la hora de la sesión, no será lo mismo a primera hora de la mañana que a última. La forma de entregar las tareas también es una manera sencilla de hacer al alumnado usar la tecnología con rigurosidad: saber redactar un mail formal o subir los trabajos a Classroom en el formato y fecha especificada.
En último lugar, hay que tener en cuenta que primero les interesa la práctica, con la intuición van a tocar, comprobar o preguntar sin leer. Los tutoriales y explicaciones en YouTube o entre iguales compiten con las del docente en clase. Comprobar conocimientos ajenos, construir el conocimiento propio, no antes sino sobre la marcha o incluso después, a partir de los resultados. Confundirse también tiene un alto valor educativo.
El pensamiento crítico se aprende actuando, comparando, contrastando ideas y con guías que les orienten bajo unos parámetros que, de entrada, les puedan sorprender por desconocimiento o por no tener una base cultural. Las noticias les interesan, pero quizá no solo desde los mismos parámetros de los adultos. El profesorado es fundamental pero también el aprendizaje por el descubrimiento, partiendo de situaciones y temas conocidos o vividos por ellos, dialogados y debatidos.
Caso práctico: Eraser
Un ejemplo real de novedad en las enseñanzas de las nuevas generaciones es un video juego online creado y gestionado por Fad, la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, llamado Eraser. El objetivo del videojuego es que el alumno aprenda a discernir noticias falsas desarrollando su pensamiento crítico. La metodología de planificación se podría llevar a cabo de forma individual en sus casas, pero la actividad toma más relevancia si se hace en una clase dividida en grupos. Cada alumno se nutre del compañero de al lado, recordemos que a esta generación les gusta compartir, aprenden a ponerse de acuerdo y a sacar conclusiones desde distintos puntos de vista.
La generación Z vive inmersa en un futuro cambiante, desconocido y ahora agravado por una pandemia universal. Todo esto supone un marco histórico que quizá desconocen. El docente puede aportarles un contexto, con un lenguaje y formato adaptados a sus maneras de entender y de comunicar. Además esta generación está liderando el cambio en el aprendizaje, con la formación en las competencias y en las habilidades como puntos clave. La digitalización no es solo de las nuevas generaciones, al igual que las tiendas de barrio tradicionales ya están inmersas en la gestión de pedidos por internet, toda la sociedad está inmersa en ello. También nos puede servir para aprender todos juntos, con la práctica de aquella interacción inicial, necesaria para buscar soluciones y avanzar.
Referencias:
Una análisis muy completo con una buena reflexión sobre las implicaciones en la docencia, concretada en un caso práctico (bonus). Un par de pegas.
* Falta un cierre en forma de reto o pregunta que recoja lo esencial de tu reflexión.
* En la bibliografía solo hay que referenciar las fuentes citadas en el texto y deberías utilizar alguno de los códigos internacionales para las referencias bibliográficas.
Muy buen ensayo! Has caracterizado la generación Z y posteriormente dado tu opinión sobre el uso de las TIC únicamente como una parte de la metodología. El caso práctico aporta mucho, yo no lo conocía. Si tuviera que indicar algún punto de mejora sería cómo has terminado el ensayo con la reflexión final.