Actualmente, es innegable que la tecnología ha dejado de ser un conjunto de métodos o herramientas para facilitar la vida a las personas haciendo que sus necesidades sean cubiertas de una manera más sencilla. Se podría decir que tal y como Thomas A. Anderson vive en Matrix, la gran mayoría de las personas vivimos en un espacio dominado por la tecnología a lo largo de toda nuestra vida.
La aparición e integración de nuevas tecnologías a nuestro día a día representan un proceso al que la sociedad está acostumbrada pero no con la rapidez que se está haciendo en los últimos años. Debido a esto, creo que todo el mundo está de acuerdo en que la enseñanza de la tecnología cada vez es más relevante y transversal a las demás ramas del conocimiento. Esta relevancia y transversalidad en mi opinión trae muchas ventajas, pero también trae consigo muchos problemas asociados al mal uso de las tecnologías que deben abordarse durante la enseñanza de esta bonita materia.
Los sistemas educativos y sus métodos deben ir de la mano con la situación de la sociedad en cada etapa de su evolución, sin concretar que evolucionar signifique avanzar hacia una sociedad mejor, simplemente evolucionar, por lo que muchos de los pilares educativos en los que nos sustentamos es probable que tengan carencias actualmente.
Según Smith y Ragan (1999), el diseño instruccional se puede ver como la serie de actividades que realiza el profesional de la educación para:
a) establecer el sitio al que se desea llegar con la instrucción en cuestión (planteamiento de objetivos)
b) especificar los medios que le permitirán llegar a ese sitio (técnicas de instrucción a emplear)
c) el método para verificar si realmente llegamos al sitio deseado (evaluación).
Más adelante (2008), Yukavetsky dice que el diseño instruccional en su definición más sencilla, es un proceso sistemático, planificado y estructurado donde se produce una variedad de materiales educativos atemperados a las necesidades de los educandos, asegurándose así la calidad del aprendizaje.
Centrándonos en los objetivos de la materia de Tecnología durante la ESO, creo que no debería ser solo la formación en las tecnologías que luego van a usarse en un puesto de trabajo con el fin de obtener resultados productivos porque con el vertiginoso avance de las tecnologías es probable que cuando esos alumnos empiecen su vida laboral esas tecnologías estén obsoletas.
Otro objetivo claro debería ser fomentar el espíritu crítico en el uso de las tecnologías y abordar temas que les hagan ver las consecuencias de su uso además de brindarles alternativas viables.
Uniendo ambos dos objetivos la tendencia debería ser más a una educación en la cultura tecnológica que en la tecnología propiamente dicha. Las enseñanzas que finalmente si que van a tener un fin productivo en la sociedad con una aplicación concreta deberían dejarse para más adelante cuando los alumnos estén encaminados hacia ello.
El uso de la tecnología va a ser una herramienta habitual en todas las asignaturas cursadas ya que como hemos mencionado antes vivimos en una cultura tecnológica que requiere unos conocimientos relacionados con el espacio construido donde desarrollamos nuestras actividades, así como los objetos que forman parte de él, según Gay y Ferreras.
Como futuro docente, podría decir que la instrucción funciona si al acabar la etapa educativa que esté impartiendo, mis alumnos fueran capaces de dar un uso provechoso de las tecnologías para la resolución de diferentes problemas, no solo para los fines puramente tecnológicos sino también para el resto de ámbitos pero siempre teniendo en cuenta otras alternativas y las ventajas que nos ofrece el hacer un buen uso de las mismas.
Roque Moner Lasheras
¡Enhorabuena! por un ensayo completo, con un buen análisis y una buena reflexión personal. Una pega. No citas ninguna fuente.
Me ha gustado el ensayo porque tiene una fácil lectura y porque están claros los temas. Coincido contigo en que el enfoque con el que debemos abordar la asignatura de Tecnología en un futuro no debe de ser solo el enfocado al mundo laboral.
Como conclusión me parece acertado hablar de tus intenciones como próximos docentes, solo que echo en falta que te propongas algún reto al respecto para entonces.