Un profe con muchos likes.

¿Hacen falta profesores en las aulas o los jóvenes pueden ser totalmente autodidactas? En la época de la tecnología donde el acceso a la información está al alcance de todos, ¿es necesario que haya un profesor para aprender?

Propongo la visualización de este breve vídeo donde Franciso Mora, doctor en Neurociencia y Medicina, reflexiona sobre el valor y la importancia de los docentes: https://www.youtube.com/watch?v=tUuaB-TcQw0

Como estuvimos comentando el pasado viernes en clase, nosotros sabemos que es absolutamente necesaria la presencia de un profesor en el aula, aunque es cierto que el papel que este desempeña debe evolucionar, cambiar y adaptarse al momento que estamos viviendo y para ello analizaremos los posibles roles que el docente tiene.

El profesor como guía

Según R. Beresaluce; S. Peiró; C. Ramos, el buen profesor guía todo el proceso de aprendizaje, supervisa, formula metas, ayuda en las dificultades que surgen, evalúa y reorienta lo aprendido. El profesor puede ser el que marca el hilo conductor y el camino correcto que permite llegar a un destino: el aprendizaje y, además lo hace de manera paralela a sus alumnos debiendo avanzar juntos. Considero que esta visión del profesor es acorde al Aprendizaje Centrado en el Alumno ya que al final, es el alumno y el cliente el que marca los ritmos y las dificultades encontradas en el camino. Sin embargo, un guía muestra sus conocimientos para que sus oyentes puedan seguir un camino, conozcan aspectos culturales de la visita que realizan, etc. pero su interés no radica en que las personas que lo han contratado aprendan y esto sí que debería ser primordial en el rol del profesor. Además, considero que un guía siempre muestra una visión subjetiva que es su realidad por sus experiencias vividas y el profesor debe fomentar que los alumnos abran sus propios caminos para llegar al destino final.

El profesor como catalizador del aprendizaje.

Como plantean Arranz Martínez, P., y García Pascual, E. (2007), la utilización del término “catalizador” (procedente del ámbito de la química) referido a los procesos de enseñanza-aprendizaje resulta interesante y adecuada. Considerar al profesor como catalizador de aprendizajes implica dar relevancia al papel activo del alumnado, esto es, a su proceso de aprendizaje y no tanto a lo que es y supone el proceso de enseñanza.

Un catalizador permite incrementar la velocidad de un proceso sin perder su estado. Si lo aplicamos al tema al que nos referimos, a la docencia, esto quiere decir que el docente provoca al alumno para que el aprendizaje ocurra. Esto parece interesante y se puede relacionar con las metodologías de Aprendizaje Basado en el Aprendiz donde se pone el foco en los alumnos, pero siempre guiados o acompañados por el profesor que hace de catalizador.

Sin embargo, si se analiza la metáfora catalizado-profesor, un catalizador acelera un proceso, pero sin provocar cambios esenciales al final de la reacción y eso no es lo que se quiere conseguir con el aprendizaje. El proceso debe llevar asociado un cambio, un conocimiento adquirido.

En mi opinión, no hay un solo rol que el profesor deba tener en el aula, sino que sus roles deben ir cambiando adoptándose a las necesidades de cada clase, de los contenidos, de los alumnos con necesidades especiales, etc. Como vimos en las representaciones que realizamos en clase, los roles pueden ser complementarios entre sí: puedes ser el profesor coleccionista que muestra diversos materiales o productos a sus alumnos, mientras eres el profesor conciliador que busca crear buen ambiente de clase y sin dejar de lado al profesor evaluador que debe observar y tener cuenta lo que ocurre en clase.

A continuación, planteo un nuevo rol que no debe ser el único, sino un rol complementario a otros pero que aporta una visión actual y necesaria, desde mi punto de vista, en la docencia:

El profesor Influencer.

Influencer es un término muy reconocido por nuestros alumnos de la generación Z pero, a pesar de lo que se pueda pensar a priori, bajo el nuevo rol de profesor influencer no está un profesor muy activo en Instagram Tiktok u otras redes sociales. Para la generación Z, los influencers son parte de su vida, son personas de referencia y casi ídolos en algún caso, pero además de la percepción que los alumnos tienen de ellos, ¿qué es o qué hace un influencer y cómo podemos aplicarlo a un rol docente?

Un influencer es una persona que tiene credibilidad sobre temas variados, convirtiéndose en prescriptor de marcas y ejerciendo influencia personal sobre otras personas, afectado en sus comportamientos. Sin embargo, para que una persona consiga ser influencer, debe tener unas habilidades o características que le permitan provocar esas respuestas en su público, de la misma manera que debe tenerlas un profesor para provocar el aprendizaje de sus alumnos.

• Un influencer conoce a su audiencia y se adapta a ella, debe conocer sus gustos y necesidades. Por ejemplo, si la audiencia de un influencer tiene un perfil de hombres de 13-15 años, hablar continuamente sobre ropa premamá no será interesante para ellos y dejarán de tener interés por el influencer y por los contenidos que sube a las redes sociales. Por lo tanto, éste deberá cambiar su contenido mostrando cosas relevantes para jóvenes de 13 años si no quiere perderlos. De igual manera pasa con los profesores. Los docentes deben conocer a sus alumnos para poder adaptar sus contenidos a ellos si no quiere perderlos. Si no consigue despertarles interés, tampoco conseguirá que aprendan.

• Debe ser comunicativo. El contenido que generan es natural, donde aquellos que los sigan puedan verse representados de alguna manera y, además, tener una escucha activa, donde sus seguidores sientan que les responden (feedback). El profesor también debe conocer cómo comunicarse con sus alumnos: lenguaje, intereses, necesidades, etc para comprenderlos, captar su atención y potenciar su aprendizaje. Además, es importante que el alumno se sienta valorado, escuchado e implicado en el proceso de enseñanza.

• Los contenidos que genera deben ser creativos y atractivos, ya que necesita provocar una respuesta en su audiencia. Esto implica que debe estar actualizado, debido a que las tendencias, las modas y las tecnologías cambian constantemente. Si lo llevamos al aula, esto tiene cohesión con todos los ensayos anteriores propuestos, donde el eje central es el cambio de la educación tradicional hacia nuevas metodologías, adaptadas a la situación y el contexto en el que nos encontramos en el siglo XXI.

• Debido a la cantidad de seguidores y la repercusión que los influencer tienen, se considera que tienen cierta responsabilidad como líderes de opinión o difusores de información. Un profesor tiene como seguidores a sus alumnos de los que es fuente de información, por lo que también tiene esa responsabilidad.

Un influencer no es importante por sí mismo sino por lo que genera en su audencia. Un profesor no es importante por sí mismo sino por lo que provoca en sus alumnos.

Aunque son muchos los roles que se pueden adoptar en el aula y, en mi opinión, no deben ser exclusivos, considero que es necesario un cambio significativo en el rol docente debido a la demanda social pero esto consume muchos recursos (tiempo y material), ¿aceptaremos el reto que esto supone o nos acomodaremos en la educación tradicional?

Referencias:

Arranz Martínez, P., y García Pascual, E. (2007). El nuevo rol del profesor: de enseñante a catalizador del aprendizaje.

R. Beresaluce; S. Peiró, C. Ramos. El profesor como guía-orientador. Un modelo docente. Universidad de Alicante.

Ruiz-Sepúlveda, J.D., Marquez-Rodriguez, A. M. C., Alvarez Amezcua, C. D. (2020). El Rol del Docente como Influencer Académico