Durante el transcurso por la secundaria, hay profesores que nos marcan más o menos, por razones distintas, como aquellos que hacían que ponían exámenes duros pero hacían que aprendieses un montón o aquellos que llegaban al aula a contar su vida y no dedicaban tiempo a impartir la asignatura.
Y es en este último en el que pienso cuando empiezo a considerar el docente que quiero ser en un futuro, porque ese era el arquetipo de docente "guay" que teníamos, ese era el profe que todo el alumnado quería en sus clases, aquel que tenía la clase animada a cualquier hora, aquel con el que no se aprendía nada. Y ese es un problema gordo, si el profesor más guay desde el punto de vista del alumnado es aquel que desde cualquier otro punto de vista, era un inútil (hablando en plata).
Actualmente, conozco bastante más el trabajo que se debe realizar desde el punto del docente y los tipos de docentes que existen, y con este profesor me he encontrado un problema: no sé bajo que título colocarlo, porque no hay un rol docente que cubra ambas visiones, la de tipo relajado y guay en clase pero también nefasto, dependiendo del punto de vista. Entre los más de 23 roles revisados en clase, no hay uno que cubra esta imagen de profe "guay."
Así que, trillando la actitud de este profesor para quedarnos con los aspectos positivos de su estilo de educación, por escasos que sean, voy a proponer una nueva visión del docente "guay" que busque aprender y no solo entretener.
Para empezar, ¿por qué era el profe guay?
La respuesta es bastante sencilla. Aparecía en el aula como un presentador de televisión, saludando a todos de manera efusiva, preguntaba por nuestra semana y cuando veía una tangente que le gustaba, se iba por las ramas contando su vida, su juventud, sus hobbies o sus problemas. Llegué a conocer más información de un profesor aleatorio al cual no voy a volver a ver que de algunos familiares cercanos. ¿Qué tenía que ver contarnos como fue su boda con la biología? Ni idea, pero aún recuerdo que su boda fue en Agosto.
Y aquí uno de los aspectos más importantes de este docente, una de las claves para ser un docente "guay" que aplicaba sin siquiera saberlo: el aprendizaje a través de lo anecdótico.
Algo curioso de la mente humana es que un dato se retiene de mejor manera dentro de una historia que por sí solo, debido a que ese conocimiento que normalmente se quedaría, y posteriormente desvanecería, en la memoria a corto plazo, lo unimos a esquemas ya existentes, la historia como tal, para conservarlo en la memoria a largo plazo. Todo esto ya lo vimos en el anterior ensayo, pero en lo que a este rol se refiere, es interesante como recuerdo que su boda fue en Agosto, un dato irrelevante, porque formaba parte de una historia más grande, la cual también recuerdo y si la escribiese alargaría este ensayo más de lo necesario.
Así que un planteamiento más anecdótico de las clases es tremendamente positivo para que los alumnos conserven la información. Aquí el problema de mi profesor.
La información que nos transmitió este docente no era relevante, no era útil, pero sí interesante.
Entonces la conclusión, que se ve venir desde hace dos párrafos, es que debemos contar anécdotas sobre la materia, para que nuestros alumnos recuerden los datos intrínsecos en dicha anécdota.
Pensando sobre como hacer esto, me viene a la cabeza Indiana Jones, el personaje interpretado por Harrison Ford, que era profesor y arqueólogo. Imaginemos un segundo como debían de ser las clases por un profesor así. Las historias que podría contar y todas relacionadas con la materia, sus clases serían brutales.
Vale, sí, los alumnos de este máster no hemos peleado contra nazis para salvar el Santo grial (creo) pero el valor de la historia no es la historia en sí, es el aprendizaje.
La historia puede ser tan falsa como mi profesor de biología que nos habló sobre su boda, del que llevas leyendo todo el ensayo. Ese profesor no existe.
Pero el aprendizaje realizado, sobre cómo algo se aprende mejor a través de una anécdota y la razón de que esto sea así, es veraz y por tanto, se mantiene.
Y aquí aparece otro aspecto que considero importante, la actitud. Este personaje no sería creíble si os dijese que era aburrido y de tono monótono, porque ese no sería un profesor que deje marca.
Un docente de este tipo es animado y transmite eso, y aunque la historia sea mentira o no, debe poner entusiasmo detrás de sus palabras, darles el poder suficiente para meterse dentro de la mente del alumno y que jamás olviden la experiencia. Como dijo Antonio Páez Pinzón:
“Solo aprenderás y de forma más efectiva si amas lo que deseas asimilar."
Así que el modelo de docente "guay", después de todo esto creo que se debería redefinir como un docente "cuentacuentos" capaz de engatusar a los alumnos para hacer que amen aquello que deben aprender.
Y con todo esto, la teoría y la opinión las manejo de maravilla, pero la pregunta, que va a ser bastante común a lo largo de los ensayos de mis compañeros, al igual que en este: ¿seré capaz después de este sermón de hacer algo la mitad de significativo de lo que he explicado o seré otro profesor aburrido más?
Bibliografía:
Falco, C. (2021). Rol docente. [link]
Falco, C. (2021). Memoria y aprendizaje. [link]
Luis Miguel (-). Lo anecdótico como método de enseñanza [link]
Moll, S. (2015). La fórmula secreta para contar anécdotas a tus alumnos [link]
Un buen ensayo con un buen relato.
Quizás la necesidad de ese buen relato y la cercanía no dejan espacio a otros aspectos que, desde un paradigma de enseñanza centrada en el aprendiz, debe abarcar el rol docente.
Cuando citas más de una obra del mismo autor y del mismo año se diferencian poniendo 2021a y 2021b.
Aunque ya no lo necesitas, ganas un punto para conseguir el superpoder de "Profe con creatividad"
Como dice Nerea, el ensayo engancha muy bien al estar basado en vivencias personales y hacer una reflexión basada en tu visión de alumno y de aprendiz de docente ahora que ya sabemos algo sobre los mecanismos de la memoria y estrategias metodológicas ;-)
Muy buen trabajo!
Enhorabuena por el trabajo Eduardo.
Me ha parecido muy interesante la sinceridad con la que abordas el ensayo, desde una clara visión personal marcada por vivencias propias, pero lo más interesante es la manera con la que has relacionado aquello que hacía que los alumnos prestasen atención o se sintieran afines al profe guay que no enseñaba nada de la asignatura, con una propuesta nueva de profe guay que permitiese crear vínculo con los alumnos pero teniendo siempre presente su cometido de que estos aprendan.